La mayoría de países a nivel mundial han impuesto una “cuarentena” como medida para evitar el contagio del COVID-19. En consecuencia, muchos de los trabajos que habitualmente hacíamos en oficinas, los hacemos ahora desde casa, es decir, hacemos teletrabajo.

Son muchos los adeptos y detractores que tiene esta modalidad de trabajo y las razones son justificadas en ambos casos. Para algunos es la posibilidad de poder cumplir con las tareas del trabajo y otras del hogar, sin afectaciones salariales y sin la necesidad de emplear cansadas horas de traslado, entre otros tantos beneficios.

Para otros, es la necesidad de trabajar en un ambiente que no cumple con las mejores condiciones (ergonómicas, tecnológicas, físicas), con falta de privacidad. A ello puede añadirse la poca experiencia para la organización de las actividades que permita cumplir con las tareas indicadas, sobre todo si comparte con otros miembros de la familia esta modalidad de trabajo y peor si tiene a su cargo algún niño o joven con obligaciones escolares.

Independientemente de la posición que asumamos frente al teletrabajo, en estos momentos no tenemos muchas posibilidades de elegir, pues las disposiciones gubernamentales para frenar el contagio obligan a empleados y empleadores a mantenerse en casa, por lo que solo nos queda, por el tiempo que dure la pandemia y las medidas adoptadas en consecuencia, aprender a trabajar desde casa, siendo más productivos y evitando afectar la convivencia en el hogar.

La falta de experiencia aplicando el teletrabajo puede provocar que incurramos en algunos errores habituales, como trabajar en la cama, descuidar los horarios de alimentación u ocupar demasiado tiempo revisando redes sociales y correos electrónicos.

Recomendaciones recurrentes

Son numerosos los consejos y recomendaciones que podemos encontrar en las redes respecto a cómo proceder frente al reto de teletrabajar: buscar ambientes ventilados, iluminados; escoger un espacio de trabajo lo más silencioso posible, lejos de distracciones y mantenerlo limpio y ordenado; adoptar posiciones ergonómicas; hacer descansos planificados de algunos minutos para caminar, tomar agua o simplemente estirar las piernas; organizar el trabajo sin sobre exigirse; evitar distraerse con las tareas del hogar, entre otros.

Sin embargo, es muy importante destacar que durante el progreso de la pandemia uno de los mayores distractores puede estar asociado al exceso de información en las redes sociales vinculados con información “importante” sobre la evolución de la misma a nivel local, regional o global. Por ello, es imprescindible que establezca el horario en que revisará dicha información activando una alarma para iniciar y para finalizar esta revisión.

Es muy recomendable, además, que planifique las tareas que debe realizar cada día, estableciendo horarios y resultados medibles a obtener, los cuales le guiarán hacia la consecución de las metas trazadas.

Recuerde que no está de vacaciones. Aunque ha roto con la cotidianidad del trabajo en la oficina, está trabajando, solo que desde casa, por lo que recibirá llamadas de trabajo y le podrán convocar a reuniones virtuales, así que levántese temprano en la mañana y arréglese como si fuera a la oficina, mantenga su celular a mano y esté atento al mismo, porque esta es la vía por la que seguramente su jefe o sus compañeros de trabajo le contactarán para abordar asuntos relacionado con sus responsabilidades laborales.

Retos del teletrabajo en cuarentena

Evite ser su propio enemigo. No se auto genere un malestar innecesario buscando cualquier excusa para convertir esta situación transitoria y obligatoria en un enorme problema personal.

Cumpla con sus horarios de manera responsable. Esto implica trabajar el tiempo establecido, sin confundir los horarios, es decir, mantenga los horarios de oficina, con los momentos definidos para alimentarse y descansar, sin utilizar el tiempo de su trabajo para las obligaciones de casa.

Tampoco haga interminable la jornada laboral, por tanto, al concluir el horario de la misma, cierre su computador, guarde de manera organizada los documentos que utilizó durante el día, párese, acomode la silla y dé por concluida su día de “oficina en casa”. No vuelva a sentarse a trabajar aunque haya quedado algo pendiente.

Descanse y disfrute del merecido y necesario tiempo de ocio, comparta con su familia e intente ser más productivo el próximo día.

Y finalmente, duerma temprano, porque el siguiente día tiene que trabajar. Una vez más, no está de vacaciones.